miércoles, 23 de noviembre de 2016

El valor de la lealtad (parte 3)

La lealtad se identifica más con las personas que han sido traicionadas, ya que ellas buscan la aprobación de los demás pero muchas veces no son correspondidas y caen de nuevo en la desconfianza en la que una vez ellas cayeron.

Al comprometernos con la lealtad estamos haciendo una obligación que debemos cumplir. Gracias a la lealtad tendremos éxito en las relaciones que mantendremos con nuestros pares. La lealtad no se compra con dinero, ya que esta se trata de defender lo que uno piensa que es correcto y no por el interés hacia los beneficios. La lealtad va de la mano con otros valores como la honestidad, la amistad o la responsabilidad. Y eso se demuestra a través del tiempo y no simplemente de palabras, porque todos podemos hablar pero no todos podemos defender nuestras palabras con hechos.
La lealtad es sinónimo de fortaleza ya que debemos incitar a los demás a que también la practiquen y crear una cadena de lealtad que se vaya extendiendo.
Si vamos a ser leales debemos tenerle confianza a la otra persona y dejar que esta haga lo que tiene que hacer, ya que depositamos confianza en ella.
Gracias a la lealtad podemos fortalecer vínculos con la otra persona y así dar una buena imagen del tipo de persona que somos y así ser apoyados por más personas.
Cuando somos leales estamos siendo “ayudantes” de algo, pero en algo que nosotros creemos que es correcto.
La lealtad se ve en los distintos tipos de relaciones, ya sean amorosas, entre familiares, a la empresa a la cual trabajamos, a nuestro colegio, etc.
Pero la lealtad que ofrecemos no solo lleva beneficios a las personas que se la damos, sino que también nos enriquece como personas y podemos vivir en experiencia propia los valores que han sido mencionados anteriormente.
Cuando practicamos estos valores, nos vamos ganando la confianza de las demás personas y así nosotros obtendremos oportunidades que en un futuro nos puedan ayudar. Ya sea buscando empleo o en alguna otra cosa que necesitemos. Por eso es recomendable mostrarse a las otras personas con sinceridad y haciendo que sientan nuestro apoyo al 100%.


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domingo, 13 de noviembre de 2016

El valor de la lealtad (parte 2)

El ser leales nos puede traer muchas cosas buenas, sin embargo, podría traer algunas desventajas que vamos a ver a continuación.
Cuando somos leales, otras personas pueden llegar a aprovecharse de eso y podrían ver en eso una oportunidad de hacer cosas malas.
No se debe confundir lealtad con complicidad, la lealtad consiste en elegir qué es lo correcto y apoyarlo, y complicidad consiste en hacer algo por el simple hecho de la conveniencia o para no quedar mal con un compañero.
Hoy en día la sociedad está observando mucho los valores, incluso más que los conocimientos, y la lealtad es un punto a favor de esto, ya que es un valor que nos define como personas.
La lealtad tiene su base de importancia en que gracias a ella la relaciones pueden funcionar de manera exitosa. Pero la lealtad no es solo pensar en nuestro bien individual, sino también en el colectivo, ya que después de todo somos leales porque estamos de acuerdo en una idea que según nuestro pensar es correcto, y vamos a estar con los nuestros en las buenas y en las malas ya que si siempre vamos a estar con ellos reafirmaremos ese posicionar de que algo que apoyamos es correcto a pesar de que todos digan lo contrario.
El ser leales nos trae los resultados positivos en el futuro ya que después de creer que los que estábamos apoyando era correcto.
Como vuelvo a repetir, la lealtad se ve en los momentos más difíciles y de dificultad, ya que ahí se demuestra si estamos con alguien porque vemos que es lo correcto o solo porque somos convenientes y deseamos algo a costa de otras personas.
Pero al ser cómplices, estamos encubriendo algo que otra persona está haciendo mal y eso no es lealtad ya que lo hacemos porque la otra persona nos obliga o por el temor a perder su “amistad”.

No seamos leales solo por querer apoyar algo en que nosotros no estemos de acuerdo o por temor a perder algo que en verdad no vale la pena sino porque sabemos que lo que estamos apoyando es lo correcto. 

lunes, 7 de noviembre de 2016

El valor de la lealtad (parte 1)

La lealtad, hoy en día se ve reflejado en los pequeños actos que hacemos a diario, en como apoyamos a nuestros compañeros, en cómo nos mantenemos firmes en una posición, en como seguimos a alguien, etc. Pero realmente ¿Cuál es la importancia de la lealtad?                                                                                                                              La lealtad nos hace ver como personas que estamos realmente comprometidos con lo que apoyamos, gracias a esta virtud, la idea a la que estamos siendo leal y apoyamos, tendrá beneficios.
Cuando nosotros actuamos con lealtad estamos dándole nuestra total confianza y apoyo a lo que seguimos. Por el lado contrario a la lealtad tenemos la traición. Un ejemplo de esto sería: “Un empleado trabaja para una empresa A, sin embargo, esta compañía tiene una larga competencia con la empresa B. El trabajador por un poco de dinero le vende archivos confidenciales de la empresa A a la empresa B, llevando a la primera a la quiebra”. Esto es un claro ejemplo de la traición.
Al ser leales fortalecemos vínculos con los demás. La verdadera lealtad se demuestra en los momentos más difíciles, ya que es aquí donde se ve el compromiso que tenemos hacia un amigo, empresa, institución etc. Cuando a alguien le va bien en lo que hace todos nos quieren apoyar, sin embargo, cuando caemos o tenemos problemas, muy pocos se quedan con nosotros para apoyarnos y hacernos salir adelante.
Para conseguir que alguien nos sea leal o que nosotros seamos leales debemos apostar por el talento y las habilidades de las personas. Debemos recompensar la lealtad demostrada, debemos fijar estrategias u objetivos que nos lleven a un bien común.
La lealtad no solo es importante porque demuestra nuestra fidelidad, sino también porque nos define como personas y estas a la vez nos corresponden con lo mismo.

Nunca seamos leales solo por conveniencia, seámoslo porque creemos que lo que hacemos está bien y traerá frutos más adelante para nuestro bien y para todos los que nos rodean y nos han apoyado ya sea en las buenas o malas.